ANICE reclama una normativa europea de transporte animal equilibrada que no perjudique al sector

15-05-2025 - 09:00 -

ANICE reclama una normativa europea de transporte animal equilibrada que no perjudique al sector

La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) ha intensificado su labor de diálogo y colaboración institucional desde comienzos de 2024, ante la tramitación del nuevo Reglamento europeo sobre el transporte de animales vivos. La organización, junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y otros agentes de la cadena ganadero-cárnica, ha trabajado para definir una posición común que defienda el bienestar animal sin comprometer la viabilidad del sector.

El proceso ha contado con un impulso clave gracias a la creación, en febrero, de la Mesa Sectorial de Bienestar Animal, adscrita a la nueva División del MAPA. Este espacio ha permitido una interlocución más fluida entre los distintos actores del sector —ganaderos, transportistas e industria cárnica— para analizar a fondo las consecuencias de la propuesta normativa.

En paralelo, ANICE ha reforzado su actividad en el ámbito europeo, alertando a la Comisión, el Parlamento y el Consejo de la UE de los efectos negativos que el nuevo Reglamento puede tener sobre la productividad, la competitividad y la sostenibilidad económica del sector cárnico. La asociación ha promovido una intensa labor de interlocución con eurodiputados y ha estrechado lazos con entidades homólogas como FECIC (España) y ASSICA (Italia), con el objetivo de presentar una posición común ante Bruselas.

En el Parlamento Europeo, se han presentado más de 3.000 enmiendas a la propuesta, lo que refleja la magnitud de la preocupación en el sector. ANICE ha incidido en aspectos clave como la desventaja que suponen las restricciones de tiempo y temperatura en el transporte para países con mayor extensión territorial y climas cálidos, como España, donde se registran hasta 87 días al año con temperaturas superiores a los 30 °C.

Estas condiciones limitarían severamente los horarios de transporte —obligando a trabajar casi exclusivamente de noche— y aumentarían los riesgos laborales, la dificultad de conciliación y los costes operativos. También se produciría una reducción notable en la capacidad de carga, lo que encarecería aún más la actividad.

Los efectos económicos serían especialmente graves: en el porcino, se estiman sobrecostes de hasta 1.600 millones de euros al año y una inversión mínima de 4.000 millones para adaptar flotas y equipos. En el vacuno, se prevé una caída del 3% en la producción, la reducción de sacrificios en un 25% y el riesgo de desaparición de más de 6.000 granjas. A esto se suma un previsible incremento del transporte por carretera del 222%, con el consiguiente aumento de emisiones contaminantes.

La industria cárnica también se vería afectada por una menor disponibilidad de animales para sacrificio, problemas en el suministro desde otros países de la UE y un encarecimiento generalizado de los costes a lo largo de toda la cadena. Todo ello pondría en riesgo la posición de liderazgo de España en las exportaciones cárnicas y afectaría al consumo interno.

El transporte, por su parte, afrontaría un incremento del 68% en el número de vehículos necesarios y fuertes inversiones para adaptar las carrocerías. Además, los sobrecostes por tonelada-kilómetro se dispararían hasta un 177% en el caso del vacuno pesado.

En última instancia, ANICE advierte que la normativa, en su forma actual, tendría un efecto directo sobre la inflación alimentaria, al reducir la oferta y encarecer productos básicos como la carne, con mayor impacto sobre las economías familiares más vulnerables.

Para Giuseppe Aloisio, director general de ANICE, esta normativa no responde ni al rigor científico ni a las necesidades reales del sector: “No garantiza una mejora del bienestar animal y, en cambio, pone en peligro nuestra producción, nuestro comercio y nuestra capacidad de competir en un entorno global cada vez más exigente”. También destaca la importancia de la unidad de acción entre patronales españolas e italianas como modelo de colaboración futura ante los retos comunes del sector en Europa.