13-05-2025 - 09:30 -
Este miércoles entra en vigor una tregua de 90 días en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, acordada al término de las negociaciones celebradas el pasado fin de semana en Suiza. El alto al fuego arancelario ha sido recibido con alivio por los mercados y supone un respiro tras meses de tensiones entre las dos principales economías del mundo.
Durante este periodo, China reducirá del 125 % al 10 % los aranceles aplicados a productos estadounidenses. Por su parte, Washington disminuirá del 145 % al 30 % los gravámenes sobre bienes chinos.
Sin embargo, Estados Unidos mantendrá los aranceles impuestos antes del 2 de abril, citando razones vinculadas al tráfico de fentanilo y la necesidad de proteger sectores clave como el automotriz, el acero, el aluminio y la industria farmacéutica. También se compromete a eliminar los aranceles adicionales que entraron en vigor el 8 y 9 de abril.
Ambos países establecerán un mecanismo bilateral para continuar las conversaciones comerciales. China estará representada por el vice primer ministro He Lifeng, mientras que la delegación estadounidense estará liderada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante de Comercio, Jamieson Greer.
El diálogo podrá llevarse a cabo de forma alterna en territorio chino, estadounidense o en un tercer país, según acuerden las partes. Además, se contemplan reuniones técnicas para tratar temas económicos específicos.
El Gobierno de Donald Trump calificó el acuerdo como un "avance significativo" hacia el reequilibrio de la relación comercial con China. La Administración destacó que el déficit comercial con el gigante asiático alcanzó los 295.400 millones de dólares en 2024, el más alto con cualquier socio.
Trump celebró la cumbre de Ginebra como “productiva” y habló de un “reinicio total” en los lazos bilaterales. “Han accedido a abrir su mercado, aunque tomará tiempo hacerlo realidad”, declaró el mandatario.
Desde el Ministerio de Comercio de China se describieron las conversaciones como “francas, profundas y constructivas”, y se enfatizó que el acuerdo alcanzado es una base sólida para resolver futuras disputas. Pekín, sin embargo, volvió a pedir a EE. UU. que ponga fin a sus decisiones unilaterales sobre los aranceles.
Medios oficiales chinos, como el Global Times, señalaron que la tregua alivia las tensiones globales y representa una muestra de que “el diálogo entre iguales es posible”. El diario también alertó contra el proteccionismo y defendió la “respuesta moderada” de China como una muestra de liderazgo internacional.
El conflicto arancelario escaló cuando Washington impuso tarifas a productos chinos alegando prácticas comerciales desleales. China respondió con aranceles equivalentes, dando lugar a una situación cercana al embargo mutuo, con tarifas que alcanzaban el 145 % y el 125 %, respectivamente.
La cita de Ginebra fue el primer acercamiento formal entre ambas potencias tras meses de tensión, aunque persiste el desacuerdo sobre quién propició el encuentro. Mientras que China asegura que la iniciativa fue de Estados Unidos, Trump sostiene lo contrario.
En su declaración conjunta, ambas naciones reafirmaron el valor estratégico de su relación comercial y su impacto global. Coincidieron en la necesidad de construir una relación más equilibrada, sostenible y beneficiosa para ambas partes, y se comprometieron a seguir negociando en un marco de respeto mutuo y cooperación continua.